Se trata de un agente curativo esencial para el organismo, pues facilita la recuperación de cualquier mal o dolencia; los alimentos muy grasos inhiben la acción del calcio. Abunda en las almendras, guisantes, coliflor, quesos, hojas de diente de león, huevos, higos, avellanas, leche, naranjas, semillas de soja, hojas de rábano, y en el yogur. El aceite de hígado de hipogloso es rico en calcio y contiene además vitamina D, imprescindible para mantener el equilibrio correcto entre las proporciones de calcio y fósforo del organismo. El guisar cualquier alimento destruye aproximadamente una cuarta parte del calcio que pueda contener; el chocolate y el cacao son también anticalcio.
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